Always..

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lunes, 28 de abril de 2014

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Llevaba ojeras ese día, claro que ella siempre tenía esas dichosas marcas azuladas bajo sus ojos, pero ese día se le notaban más de lo normal, y para colmo tenía que salir con ese aspecto a la calle.
No quería salir, no quería ver a nadie, no estaba para que la gente la viese, su cara parecía llevar un cartel luminoso que pregonaba que se había pasado la noche anterior llorando, estaba cansada, abatida y solo quería pasarse el día en la cama.

¿Se enfadaría alguien si fingiese estar mala con fiebre? Desgraciadamente sí, tenía que ir, tenía que salir y tenía que recomponerse, y cuanto antes lo hiciese mejor.


Se había prometido así misma salir de la cama a en punto y de eso hacía ya veinte minutos, tenía que levantarse, ducharse y camuflar su tristeza con un vestido y maquillaje. Era noche de chicas, noche estúpida de chicas... Pero con quién iba a estar mejor que con ellas, era su familia, su apoyo y su pañuelo de lágrimas en momentos como ese.


Esa noche daban una fiesta y hacía ya días que había pagado, ya tenía escusa para obligarse a ir.


Iba horrible, la cara y el pelo competían por ver quién daba más pena, lo peor es que ganaba su vestido... Era inútil maquillarse si no dejaba de llorar, se había pintado los ojos varias veces y parecía ya un mapache. "Respira hondo y cálmate", supongo que fue esa frase la que consiguió poner sus pensamientos en orden porque acto seguido se deshizo del vestido y del maquillaje.


Tenía que disfrazarse, tenía que fingir estar estupenda y con ese lastre no iba a conseguirlo, llegaría tarde; sí, pero mejor tarde que así. Corriendo rebuscó en su armario y encontró un vestido de su agrado, era de un color rosa claro combinado con encaje negro alrededor del escote, ése serviría.


Un problema menos, el vestido le gustaba. A continuación se dirigió al espejo y sacó su arsenal de pinturas, iba a optar por un maquillaje sencillo y claro, para ir como una fulana siempre había tiempo. Sonrió al darse cuenta que el pensar realmente como ir la distraía de su triste realidad, ya incluso barajaba la posibilidad de pasarlo bien en aquella fiesta, allí estaría con sus amigas, con personas que la querían, personas que no fingían, que no la utilizaban, que no le hacían perder el tiempo y, sobre todo, que se preocupaban por ella y no pensaban solo en sí mismas.


-¡Llegas tarde! Pero estás guapa, solo por eso te perdono.


-Ya sabes que soy un desastre con la hora, no sé por qué te sorprendes.


-Cierto... Aunque dijimos que seríamos puntuales, es igual. Ya había perdido la esperanza, pensaba que no ibas a venir y... Aquí estas, me alegro de verte.


-Supongo que ambas pensábamos lo mismo pero la cama puede esperar, llevo allí todo el día.


-¡Por supuesto que puede esperar! ¡Tengo que presentarte gente! Están aquí los amigos de mi hermano y se mueren por conocerte...


-¡Genial! Échame antes lejía en la bebida por favor, líbrame ya de todo sufrimiento.


-No te soporto cuando te pones dramática, ¿te lo he dicho alguna vez? No hay nada de malo en conocer gente nueva e ignorar la vieja.


-Esa misma frase me ha dejado así.


-No fue la frase, no culpes a un puñado de palabras por los errores que cometen otros, no es justo. Escucha... Se que no tienes especial interés en estar aquí, te entiendo, bueno no te entiendo, tú vales más y sin embargo eres la que peor está, por no decirte que eres la única que está mal. Que le den.


-Te quiero.


-Y yo, y no pienso dejar que mi mejor amiga esté mal por un tío que debería besar el suelo que pisas. Hay más peces, hay un océano entero de peces que desde que has llegado no te quitan ojo... Alguno habrá que sea tu tipo.


-El de la barra...


-Son todos deportistas y guapos y solteros y... ¿Concretamente cuál es?


-El de tapón azul que no me quita ojo.


-El de tapón az.. Cinco tíos en la barra y tú eliges el vodka, muy bien. Así se supera un bache.


-Si si si... Si me necesitas sabes donde estoy, no me presentes a nadie a no ser que sea realmente mi tipo.


-Alcohólica.


Hombres... Sí, en eso estaba pensando ella, estaba hecha una mierda por confiar en uno y se iba a fijar en otro, ajá. 


Se sentó en la barra y compartió sus penas con la botella.


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