Always..

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jueves, 29 de mayo de 2014

Sin nombre, ea.

Querido lector, esta historia, como otras muchas, no tiene un final feliz, o sí, quién sabe, no es algo que esta noche pueda afirmar a ciencia cierta.
No empieza con el típico "érase una vez", ni trata del típico encontronazo de dos desconocidos que se juran amor eterno con la mirada, probablemente, ni siquiera haya un amor real.
Es una historia escrita sobre la marcha, quizás, ni siquiera llegues a leer estas líneas, quizás se quede como otro borrador que no llegará ni a oler la publicación... Pero, querido lector, si estás leyendo esto, te deseo la paciencia necesaria que estoy teniendo yo para escribirla.


Estaba destrozada, abatida, borracha de pena, vacía de alegría... Puede ser que el cúmulo de esos adjetivos fueran los culpables que la llevaron a ese puente aquella lluviosa noche.

¿Qué tenía? Nada, o todo, todo a medias, sin acabar, eso tenía. Un trabajo que no le llenaba a juego con una relación firmada con tinta en vez de con besos de amor, unos amigos con complejo de Judas que juzgaban a modo de Inquisición lo justo como un pecado capital. Nada, al fin y al cabo. 
Y allí estaba, con su botella de tequila a medio a medias, para no desentonar.

Todo el mundo desea una muerte digna, un acto heroico con el que recordarles, un último suspiro cogiendo la mano de quien te ama, una última risa rodeado de los que siempre han estado ahí. Ella solo deseaba una muerte a secas, rápida a ser posible.

Disfrutó de su último trago y saboreó las que serían sus últimas gotas de lluvia mojando su cara, quería irse de este mundo de la manera más satisfactoria supongo; satisfactoria y fugaz, nadie sabía de sus planes, ni cartas, ni llamadas, se había estado preparando esa semana. Se había aferrado a su pequeña lista de personas a las que considerar medianamente importantes y los había abrazado hasta impregnarse de su aroma, los había besado hasta obtener su sabor y todo ello, con la mejor sonrisa peor fingida de la historia. 

Fueron gestos tan rápidos... Primero un pie, luego el otro. Se vio así misma por un instante al otro lado de la barandilla, como si fuese testigo de su propia osadía al quedar de esa manera tan improvisada y prematura con la muerte, le recitó incluso su poema favorito antes de saltar, y saltó, creedme, ella saltó... La pena que había albergado actuó a modo de ancla encadenada a sus tobillos.

Saltó... Y sobrevivió.

Ahora sí, querido lector, es aquí donde comienza esta historia.


Me saltaré los pasos de cómo un anónimo conductor (sin mayor interés en la historia que el de ser quién llamó a una ambulancia) la salvó, de cómo su dolorido cuerpo con el paso de los días se iba estabilizando, de cómo aquellos sorprendidos por la noticia iban día sí, día también; a visitarla con la esperanza de que fuese ese día el elegido para que ella despertase, con la que solía ser una mente amueblada, dispuesta a resolver miles de enigmas. Los días se convirtieron en semanas me temo. Y me temo, también, que ella al fin despertó.

Fue domingo, tal vez, no sé que importancia tiene el día de la semana, así que digamos que fue un domingo  y todos contentos.





6 comentarios:

  1. Si el talento y la constancia fuesen de la mano en este blog... Muy buen comienzo, como siempre. No se que clase de crítica te esperabas encontrar pero no te voy a dar el gusto de decir nada malo! Continúala

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  2. El título... Jajajajajaja muy propio de ti el darle un toque cómico! Eres buena con las palabras

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  3. Si, si... Este año el Nobel de Literatura ya me han dicho que me lo guardan.

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    Respuestas
    1. Para eso habrá que mover los dedos un poquito más y acabar una obra, vamos... Que ni pal siglo que viene SritaNek xD

      A mi me ha gustado, por cierto ¿no te has planteado participar en un concurso? Dan cifras considerables algunos...

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  4. ¿Sería mucho pedir si se actualizara hoy? :(

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